Fuente: La Voz de Galicia
Una densa columna de humo negro puso en alerta a los Bombeiros do Salnés. Surgía de O Pousadoiro, pero la densidad de la columna era tal que «non parecía forestal».
Como no llegaba señal de alarma alguna, y como se les antojaba que el fuego parecía muy próximo, los bomberos decidieron salir a comprobar qué era lo que ocurría. Cuando ya estaban en el camión llegó la alerta del 112: a las puertas de una chatarrería ubicada en O Pousadoiro ardía un revoltijo de cosas allí apiladas: alguna rueda, electrodomésticos…
Los bomberos de Vilagarcía pidieron ayuda a sus compañeros de Ribadumia para apagar el fuego, tarea que exigió utilizar una pala con la que se movió el montón de chatarra hasta poder alcanzar las llamas y sofocarlas con agua, primero, y con una capa de espuma, después. En total, se invirtieron alrededor de tres horas en dar por zanjado el incendio.