
Fuente: AEDRA
Hablamos con Pere Anrubia, Director Técnico de ADECOVA (Asociación de Desguaces de la Comunitat Valenciana), para conocer cómo van las cosas pasados dos meses largos de la catástrofe levantina.
PREGUNTA – ¿Cómo van las cosas en términos absolutos?
RESPUESTA – El proceso de gestión de vehículos afectados por la DANA en Valencia tiene tres planos, como hemos establecido desde ADECOVA.
El primero es la aplicación correcta de las normas que se dictaron y que rigen el proceso de retirada. Una recogida, un proceso que pensamos debe ser ágil y ordenada pero, en efecto, respetando la regulación establecida.
En segundo término están las acciones que estamos impulsando desde AEDRA y ADECOVA para intentar facilitar la labor de los CATs de toda España, de todos los CATs asociados que consideren quieren participar en el proceso de retirada ágil y ordenada de los vehículos afectados.
En tercer lugar, y en función de los dos primeros puntos, estableceremos un balance de resultados. Sobre todo de cara a la ciudadanía, incluidos clientes, talleres, o profesionales, pero también ciudadanos particulares a los que queremos proyectar que los Centros Autorizados de Tratamiento (CATs) somos una herramienta más de la sociedad para gestionar de manera adecuada y medioambientalmente correcta los vehículos al final de su vida útil, estén dañados o no por una Dana.
Al respecto de lo primero, no se ha producido un repunte masivo de las bajas de vehículos en la provincia de Valencia a consecuencia de la Dana. Esto respondería a que la disposición adicional del R.D.-ley 8/2024, de 28 de Noviembre, fija como fecha tope el 27 de febrero de 2025 para que los propietarios de los vehículos dañados decidan qué hacer con ellos. Por tanto, estamos pendientes de esa fecha, pues la norma explicita que desde entonces los no reclamados o retirados por sus dueños pasarán a ser abandonados en sentido jurídico (residuos sólidos urbanos). Desde ahí serán competencia municipal y por tanto serán los Consistorios los que decidan cómo proceder con ellos.
Ha ocurrido en Comunidad Valenciana, y hablo de las tres provincias (Castellón, Valencia y Alicante), que desde el 31 de octubre de 2024 la Dirección General de Calidad Ambiental (autoridad autonómica competente) permitió a los CATs radicados en la región hacer acopio de vehículos afectados por la Dana, no solo en sus instalaciones sino en terrenos aledaños (fueran solares, campas…) para ir retirándolos de las zonas afectadas. Sin embargo, ese traslado no implica que esos vehículos pueden ser automáticamente dados de baja definitiva sin contar con el consentimiento de sus titulares. Aquí es donde estamos tratando de poner el acento para los profesionales del sector: una cosa es que el Ayuntamiento te diga “retíramelos” y tú quieras hacerlo, y otra que no debas darlos de baja definitiva sin tener la información o seguir el procedimiento habitual, que ni ha sido derogado, ni modificado ni sustituido por la normativa específica de la Dana.
P – Entonces, ¿es legal trasladar esos vehículos a espacios como campas particulares, no municipales?
R – En efecto, es perfectamente posible siempre que ese lugar esté radicado en la Comunitat Valenciana. Hablamos de instalaciones aledañas a los CATs amparadas por la Consellería de Medioambiente y en parte por la disposición adicional 10ª del R.D.-ley 8/2024 que expresamente establece que esos acopios provisionales son acordes a la normativa medioambiental.
Nuestra valoración de la primera fase es que sí, se podían haber acortado los plazos, pero también que la aplicación de la normativa por las autoridades competentes no ha sido todo lo homogénea que hubiera sido deseable. Hemos presenciado un cruce de acusaciones entre Delegación de Gobierno con Consellería de Medioambiente, e incluso una actuación a la desesperada por algunos municipios que no nos ha parecido lo más correcto.
Desde AEDRA y ADECOVA hemos tratado de proyectar a todas las autoridades competentes la idea de que nuestro sector era y es perfectamente capaz, por la red concertada que existe en toda España, de asumir el reto que supone gestionar todos esos vehículos (se estima, unos 133.000), y que era fundamental que además de la normativa dictada hubiera cierta coordinación para que, por ejemplo, los Ayuntamientos no hubieran consentido malas prácticas que todos hemos podido ver en redes sociales. Y hablo de la gestión, tratamiento o achatarramiento de vehículos en zonas no habilitadas para ello, algo que sucedió durante los primeros días de la catástrofe.
En efecto, de aquellos primeros momentos de ‘noqueo’ podemos comprender actuaciones a la desesperada, como acopios de coches en cinco o seis alturas que ni ayudan a peritar ni son recomendables desde el punto de vista ambiental. Sí, en esa primera fase hubo malas prácticas. La segunda comienza desde la publicación del decreto. A partir de ahí todos sabeos a qué atenernos. Y es aquí donde hemos echado en falta esa coordinación entre administraciones de la que hablaba: local, autonómica y estatal. Cada político ha tratado de quitarse responsabilidad de encima, ‘echándose los trastos a la cabeza’.
Quien han salido mal parados, en nuestra opinión, han sido los ciudadanos que buscaban sus vehículos y que no siempre han podido tener una respuesta suficientemente profesional. Digamos que las cosas podían haberse hecho de otra manera, más organizada y ágil, adecuada a lo que habitualmente hacemos los CATs con los Ayuntamientos cuando tenemos que retirar coches: hay paquetes que se subastan, mecanismos de libre concurrencia (que pueden ser acortados en situación de emergencia)…
Nada de esto se ha hecho. Hay CATs que has aparecido alegando que han sido adjudicatarios de una campa. Oiga, esto no es así: usted no es adjudicatario de nada en tanto que no ha seguido ningún procedimiento público de la Ley de Contratos Públicos que garantiza que si se lleva esos vehículos luego un particular no pueda exigir responsabilidades. Por tanto, ha habido, por así llamarla, cierta indefensión de la ciudadanía, y por extensión cierta descoordinación entre los políticos proyectada en algún CAT que, aún con la mejor de las voluntades, puede terminar en alguna reclamación a partir de ahora.
En la tercera fase constatamos la incapacidad de los políticos para ponerse de acuerdo en torno a un procedimiento ordenado. Y así, cada Ayuntamiento ha decidido tomar sus decisiones. Vemos, por ejemplo, que hay Consistorios que, ante la avalancha que está surgiendo de particulares preguntando por sus vehículos, se han visto obligados a publicar webs que los sitúen o explicar a la ciudadanía cómo los están gestionando, en qué CAT pueden estar, de qué manera se han recogido… Cabría añadir una cuarta fase en la que, llegados al 28 de febrero de 2025, los vehículos no reclamados dejarán de ser de sus propietarios con lo que ello conlleva.
Dicho esto, desde AEDRA y ADECOVA, desde el propio sector seguimos recomendando a todos los CAT de España que actúen con responsabilidad, que respeten la normativa, que se aseguren siempre que los vehículos que retiren tengan una trazabilidad respecto de los Ayuntamientos que les pidan o concierten retiradas, y que sobre todo tengan en cuenta que una baja definitiva se debe dar exactamente como siempre: el R.D. 265/2021 de 13 de abril no ha variado, no ha sido modificado y, por tanto, está plenamente en vigor.
Otra cosa: agradecemos la solidaridad que desde el principio hemos recibido de todas las asociaciones miembros de AEDRA. De igual modo, el apoyo total, completo de su Director General, Rafael Pardo, así como del Presidente, Germán Catoira, y del resto de miembros de la Junta Directiva, la solidaridad de los compañeros técnicos puestos en contacto con nosotros para comentar, dar apoyo y tratar de buscar soluciones, y también, cómo no, el apoyo institucional incondicional de SIGRAUTO que, como entidad de la que formamos parte todos los CATs de AEDRA, ha estado muy pendiente de nosotros brindando toda su ayuda institucional y técnica para que en esta situación, desde AEDRA y ADECOVA, pudiésemos facilitar la mejor información a los desguaces asociados.
P – Los problemas surgidos de esta situación, como los daños que genera en la maquinaria de tratamiento, ¿se están pudiendo absorber por parte del sector?
R – Entendemos que aún es pronto para establecer una valoración global que esta catástrofe a tener en el funcionamiento habitual del sector, y explico: una primera cuestión es la descontaminación, el tratamiento de unos vehículos que vienen con un montón de anomalías, el rechazo ya mostrado de los talleres profesionales a recuperar e implantar piezas de segunda mano de vehículos procedentes de la Dana afectados por inundación, etc. Es decir, el impacto que todo esto va a tener sobre el mercado de la pieza reutilizada y de los propios CATs, que va a ser tremendo. A poco que te pones a tratar un coche de estas características surge todo ello. Otra cuestión es que la situación viene a ser como si nos hubiésemos dado un atracón: gestionar 133.000 vehículos sabiendo que el parque se va a renovar a marchas forzadas. Es anticipar el flujo que los CATs teníamos previsto en un horizonte temporal muy amplio. Dicho de otor modo: no me atrevo a decir si estamos ‘comiéndonos’ los vehículos de los próximos seis meses, doce meses, dos o tres años. Pero que esto va a condicionar de forma rotunda el funcionamiento del mercado de piezas reutilizadas, que es nuestro core de negocio, es evidente.
Hay una parte, sí, logística, de operatividad, centrada en que la maquinaria de trabajo sufre por el barro. También nos preocupa qué va a pasar con la memoria de residuos del año 24, y sobre todo del 25, que se presentará en febrero o marzo de 2026, pues tendremos que justificar muy bien el número de bajas definitivas y la extracción de los componentes que habitualmente tratamos. Y no son vehículos ‘normales’. Entendemos que todas estas cuestiones se van a tener que tratar con la misma actitud con la que la autoridad autonómica ha gestionado desde el primer momento, en su resolución, el proceso de retirada/recogida.
Confiamos, eso sí, en la profesionalidad de todos nuestros centros asociados, que saben que esto no es achatarrar y ya: pese a las malas prácticas, este es un debate que trasciende a la Dana. Cómo gestionamos los vehículos es algo que desde el sector tenemos muy claro, está en el BOE, por lo que las responsabilidades de cada centro son las que son.
Pero sí, nos preocupa cómo va a reaccionar el resto de la cadena de tratamiento con esos vehículos: nos están hablando de que el chapajo está sufriendo, le están aplicando mermas por el barro o por el efecto Dana… Sobrevendrán muchas derivadas comerciales y de gestión medioambiental en esa cuarta fase desde el 28 de febrero, con la retirada masiva de los para entonces residuos sólidos urbanos (vehículos abandonados).
P – Las reclamaciones surgidas por afectados, ¿están siendo tan masivas como se dice?
R – Para nosotros han sido fundamentales la guía y los consejos emitidos por Rafael Pardo que, en esto, y más allá de la figura que representa en el sector, tiene una experiencia de valor incalculable. Fue el primero que alertó a los CATs de la necesidad de hacer las cosas bien porque estas plataformas iban a surgir. Nosotros ahora mismo, como es natural, no tenemos cifras de personas que se estén agrupando en asociaciones de afectados, pero podemos intuir que no van a ser cientos, pueden ser miles porque el indicador de malas prácticas de la primera fase, esos achatarramientos indiscriminados que hemos visto en redes, tienen un volumen de vehículos afectados no menor.
Cuando transitas por las zonas más afectadas, es cierto que los amontonamientos de vehículos han comenzado a descender. Por tanto, o están perfectamente custodiados en los CATs que se han hecho cargo de ellos, como confiamos que ha sucedido en el caso de nuestros asociados (porque es la actitud que hemos recomendado desde el principio), o han desaparecido fruto de malas prácticas, actitudes y acciones indiscriminadas ajenas a los trámites legales de baja definitiva del 265, lo que puede acarrear problemas incluso penales.
Las plataformas tienen todo el derecho a actuar en los foros que consideren, pero nosotros hemos apostado desde el principio por actuar con arreglo a la normativa en vigor y por tanto no nos sentimos concernidos por el hecho de que la ciudadanía se agrupe para exigir sus derechos. Lo que vamos a hacer es respetar absolutamente esos ejercicios legítimos y las acciones que se consideren necesarias, y que cada persona responsable asuma sus consecuencias. Personas y entidades, administraciones, me refiero.
P – Los CATs afectados en sus instalaciones, ¿han podido ponerse al día, superar la situación?
Me alegra mucho esta pregunta: hay que decir que la Dana no ha sido en ningún caso una buena noticia para los CATs de la Comunitat Valenciana. Tenemos asociados, compañeros del sector que han sufrido en sus instalaciones los efectos devastadores de una inundación terrible y que no se avisó. En este sentido, los CATs afectados están padeciendo, al igual que el resto de empresas de los polígonos donde se ubican, la demora en la gestión de las indemnizaciones (por los inmuebles, instalaciones…) por parte del Consorcio, la falta de coordinación en las ayudas y, sobre todo, la peculiaridad de que el Ayuntamiento donde se ubican esa o esas empresas toma la decisión de ayudar a limpiar el fango de las carreteras para que la accesibilidad sea posible, pero luego se le acaba el dinero, y aunque perdonan el IBI, no hay recursos para seguir.
Esas empresas, cada una individualmente, están luchando por recuperar la normalidad, pero nos remitimos a los datos generales que ha ofrecido la Confederación Empresarial Valencina: hay polígonos muy localizados en la provincia de Valencia, en Catarroja, en Ribarroja, en la zona del sur de Valencia (Alfafar, Benetúser, Quart de Poblet, por ejemplo), donde tenemos asociados perjudicados como el resto de empresas por esa falta de coordinación, agilidad y recursos a la hora de que el Consorcio facilite financiación para poder invertir y recuperar la normalidad en lo posible.
¿Hay algún CAT paralizado por completo?
Ha habido parálisis completa en alguno, centros que han tenido que acogerse a medidas de ERTE… Afortunadamente, van retomando la normalidad de forma progresiva: no es un paso de 0 a 100, pero sin ir más lejos nos cuentan que “ya hemos conseguido que se acceda, que los clientes puedan llegar, recuperado maquinaria para volver a tratar vehículos …”
Y eso que aún es todo incipiente. Mira, el agua arrasó y también se llevó los coches de los CATs que estaban en sus campas, aquellos que estaban en la ruta del agua, en la barrancada, y eso va a ser irrecuperable. Son pérdidas sensibles, muy importantes.