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Fuente:  Diario de Navarra

El espectacular crecimiento de las bajas temporales de coches en los últimos 5 años, que han aumentado un 70% en Navarra entre 2015 y 2019, ha llevado a las autoridades a mover ficha para acabar con el abuso de este trámite administrativo. Si en 2015 pasaron por este trámite unos 4.300 coches, para 2019 aumentaron hasta casi 7.300. Según sospecha la DGT, esta subida esconde un uso inadecuado de la baja temporal con graves implicaciones económicas y medioambientales. La situación ha llevado a una modificación de la normativa, que entró en vigor el pasado mes, que ha puesto fin a la duración indefinida de estas bajas para limitarlas a un año, tras el que será necesario solicitar sucesivas prórrogas.

La baja temporal de un coche es un mecanismo administrativo que permite a su titular dejarlo fuera de circulación por un plazo limitado, lapso en el que tendrá que estar guardado fuera de la vía pública y cerrado en un lugar privado. Con ello, se puede ahorrar el pago del impuesto de circulación, la obligación de contratar un seguro o la necesidad de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Así, se puede mantener la propiedad del coche sin asumir sus costes fijos para afrontar problemas de salud o económicos. Por tanto, la baja temporal no está pensada como sucedáneo de la baja definitiva, aquella que debe tramitarse al final de la vida útil del vehículo y que implica su descontaminación y achatarramiento en un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT).

Crisis y picaresca

Los CAT, de los que existen 7 en Navarra, son los únicos que pueden vender legalmente las piezas y componentes reutilizables, así como emitir el preceptivo certificado que exige la DGT para la baja definitiva. Esto es así por legislación europea, que responsabiliza a los CAT de realizar la descontaminación de los fluidos del vehículo y sus neumáticos para un tratamiento adecuado de estos residuos. Además, deben comprobar y garantizar el buen estado y la correcta funcionalidad de las piezas y componentes que desmontan de los coches antes de achatarrar los restos.

Entre los motivos que podrían explicar el abrupto crecimiento de las bajas temporales podrían estar los rescoldos de la anterior crisis financiera de 2008, que provocó un importante aumento del paro de una caída del poder adquisitivo. Ello habría llevado a un creciente número de automovilistas a dar de baja temporal sus coches por no poder hacer frente a los gastos fijos tras perder el trabajo. Sin embargo, la principal hipótesis se centra en un aumento de quienes se dedican ilegalmente a comprar coches viejos para vender sus piezas posteriormente, negocio muy lucrativo pues no se descontaminan ni se procesan los restos del coche para su achatarramiento.

El modus operandi de estos chatarreros ilegales pasa necesariamente por dar de baja temporal el vehículo adquirido, ya que una baja definitiva implica aportar a la DGT el certificado de un CAT de que ha sido correctamente descontaminado y reaprovechado. Como hasta el pasado abril estas bajas temporales eran indefinidas, los coches achatarrados ilegalmente entraban en un limbo en el que todavía seguían existiendo a ojos de la DGT. En casos extremos, estos vehículos vuelven a circular por las calles y carreteras, lo que pone a sus últimos titulares en un grave riesgo jurídico. La Policía Foral reconoce que hay “un goteo” de multas a conductores por circular con vehículos dados de baja; por ejemplo, en abril se cursaron cinco denuncias por este motivo.

Quienes han vendido sus coches viejos a un compraventa pirata, que suelen dejar sus anuncios en los parabrisas de los coches, se van a encontrar con una desagradable sorpresa desde ahora: todas las bajas temporales que no sean prorrogadas, lo que exige un nuevo trámite, pasarán de nuevo a ser activadas con todas las implicaciones fiscales que supone. Para empezar se les volverá a girar el impuesto de circulación y, si el coche aparece abandonado en un polígono o calle, habrá que abonar los costes de retirada y una multa por estar sin seguro ni ITV. Según datos de la Policía Municipal de Pamplona, desde 2018 se recogido en grúa 57 turismos aparcados en la calle por estar de baja temporal.

¿Qué supone la baja temporal?

1 Inmovilización. Los coches en baja temporal no puede circular mientras dure el periodo de baja aunque se disponga de ITV y seguro. En todo caso, puede ser transportado mediante grúa.

2 Ahorro de costes. El titular no está obligado a contratar un seguro ni pagar el impuesto de circulación. Tampoco tiene que pasar la ITV. Es una fórmula que está pensada precisamente para que propietarios por motivos económicos o problemas de salud puedan conservar la titularidad.

3 Fuera de la vía pública. Los coches en baja temporal no pueden estacionarse en la calle, sino que deben estar guardados en un espacio privado y cerrado. Si la policía lo detecta aparcado en la calle, la multa no baja de los 800 €.

4 Custodia. Tanto desde el punto de vista fiscal como legal, el titular que consta en la DGT sigue siendo el responsable de la custodia del vehículo. Un contrato privado de compraventa no exime de la responsabilidad legal.

5 Caducidad. Hasta el pasado abril, las bajas temporales eran indefinidas, pero el abuso de esta fórmula administrativa debido a comportamiento fraudulentos ha llevado a un cambio normativo que limita la duración a un año. Si no se pide una prórroga, automáticamente el coche vuelve a estar activo y al ayuntamiento girará el correspondiente impuesto de circulación.

6 No se puede achatarrar ni despiezar. Solo los coches con bajas definitivas pueden ser despiezados para repuestos.