
Fuente: Marca
La Dirección General de Tráfico ha creado una instrucción para crear una señal vertical común a todos los ayuntamientos que, a partir del 1 de enero de 2023, tengan una zona de bajas emisiones (ZBE).
Estas zonas serán obligatorias para las ciudades de más de 50.000 habitantes, según la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética que entró en vigor el pasado 22 de mayo. Si bien ciudades como Madrid y Barcelona ya tienen restringida la circulación en sus cascos urbanos. según esta norma, las ciudades de más de 20.000 habitantes con problemas de contaminación también deberán restringir el tráfico rodado en sus centros urbanos creando una ZBE.
Fue Barcelona la que dejó fuera de la zona de bajas emisiones a los vehículos con etiqueta medioambiental B de la DGT. A priori, las restricciones aplicarán a vehículos sin etiqueta, los más viejos, pero en la fotografía de la señal difundida por la DGT, sobre estas líneas, se incluye las pegatinas Cero Emisiones, ECO y C, pero no la B.
Eso sí, Tráfico, como avanzó su director Pere Navarro, en aras de mantenerse “neutral en el tema de las etiquetas” no habla en ningún momento de ninguna de ellas concreto.
Los ayuntamientos deciden
Según Jorge Ordás, subdirector de Movilidad y Tecnología de la DGT “la plataforma de vehículo conectado DGT 3.0 está en disposición de recibir la información sobre zonas de bajas emisiones u otras restricciones, sus horarios y la tipología de vehículos a los que afectan, para a continuación compartirlo de forma gratuita y en tiempo real a través del Punto de Acceso Nacional de información de tráfico, de modo, que fabricantes de vehículos, navegadores y aplicaciones de movilidad podrán conocer el grado de restricción que afecta a sus itinerarios en todo momento, para establecer así rutas más inteligentes”.
Es decir, serán los Ayuntamientos, como en el caso de Barcelona, los que decidan qué vehículos pueden o no circular por sus ZBE.
Los vehículos que tienen etiqueta medioambiental B de la DGT son los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados desde enero de 2001 y diésel a partir de 2006. También los de más de 8 plazas y pesados, tanto diésel como gasolina, matriculados a partir de 2005.
Estos vehículos, alguno de ellos con 20 años de antigüedad emiten un 100% más de partículas nocivas a la atmósfera que un vehículo diésel nuevo que cumple la normativa Euro 6 D Temp de emisiones de la Unión Europea.
Achatarrar
Navarro es partidario de eliminar de la circulación los vehículos más viejos de la circulación, aunque sea por vehículos seminuevos de menos de 7 años “que llevan etiqueta C y cumplen la normativa Euro 6 de emisiones de la UE”, según declaró en la inauguración de la 23ª edición del Salón del Vehículo de Ocasión que se celebra en Ifema hasta el día 13 de junio.
Navarro fue más allá y dijo que a la DGT “nos encanta achatarrar vehículos” mirando a Raül Palacios, presidente de Ganvam (la asociación de vendedores de vehículos). “En este sentido estamos alineados con el sector del automóvil”. Y remarcó que si los vehículos viejos que se achatarren se sustituyan por uno seminuevo se ganaría en seguridad: “Los de menos de siete años son de 2014, por tanto, tienen ya prácticamente los sistemas ADAS (ayudas a la conducción) que incorpora un coche actual”.
Otro aspecto sobre el que habló Navarro fue sobre la modificación de las etiquetas ambientales de la DGT actuales que él mismo dijo hace unos meses que se revisarían en julio. “Todavía hay tiempo para el consenso”.
Las modificaciones pasarían por variar la clasificación de los híbridos ligeros (mild hybird) y excluirlos de la etiqueta ECO. Está por ver si los híbridos enchufables salen de la etiqueta CERO emisiones, algo poco probable; y si se establece una distinción entre los diésel y gasolina más modernos con los más antiguos, para acotar más la etiqueta C.
Las modificaciones de las etiquetas no serán retroactivas: los vehículos ya matriculados no variarán su etiqueta hasta el final de su vida. “Somos serios”, dijo a este respecto Pere Navarro.