![AQ2ZCCSPCJCYLNEQ7RQXZF4XY4 Retrovisor interior digital del Range Rover Evoque](https://aedra.org/wp-content/uploads/2022/04/AQ2ZCCSPCJCYLNEQ7RQXZF4XY4.jpg)
Fuente: SER
Las entregas de cohes nuevos se retrasan varios meses o, a veces en algunos modelos, incluso un año. Esto ha empujado a muchos al mercado de segunda mano, donde los vehículos usados a veces se venden a precios más altos que los nuevos.
Algunos coches han aumentado valor en casi un 50%. Por ejemplo, si alguien compró un automóvil en 2018 con dos años de antigüedad por 5.000 €, ahora podría venderlo por 7.000 tras haber disfrutado de él durante cuatro años haciendo 40.000 km, inaudito en este mercado y que sigue la estela de lo que ocurre en Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Otra situación que se está observando es la innundación de vehículos averiados de alto kilometraje generalmente de gasolina frente a los de diésel, y múltiples conductores que buscan reacondicionar piezas que antes irían a la chatarra.
Piezas difíciles de encontrar y precios al alza
Entre las piezas más demandadas destacan las relacionadas con el motor y la combustión del vehículo, más difíciles de encontrar (en algunos casos la demanda supera a la oferta), recambios de modelos muy modernos, sobre todo híbridos de gas y eléctricos, casi imposibles de encontrar (con aumentos de precios de 23% en CATs…)
Otro motivo que ha llevado al auge de la compraventa de vehículos es la subida del coste del combustible por la invasión rusa en Ucrania. Los analistas de Bankinter señalan que “tenemos que hacer frente a un escenario de precios elevados durante un tiempo prolongado por la tensión derivada de la guerra Rusia/Ucrania, la escasez de oferta por el repudio internacional al petróleo ruso (segundo productor mundial), la reducción de inversiones en el sector en los últimos años…”