Fuente: Diario Siglo XXI
La industria de la automoción está repleta de servicios comerciales cuyo fin es mantener el rendimiento de los vehículos. Sin embargo, pocos tienen tanto y tan positivo impacto en la cartera de los propietarios de un coche como las plataformas online destinadas a la venta de motores y otros muchos de segunda mano. Entre ellas, sobresalen las páginas web específicamente dedicadas de los Centros Autorizados de Tratamiento (CATs) españoles.
Comprar piezas recicladas a partir del adecuado tratamiento de extracción de automóviles al final de su vida útil, conforme dicta la ley, se ha convertido en tendencia. A fin de cuentas, permite suplir las deficiencias de las marcas automovilisticas tanto en tiempos de suministro de componentes como en lo tocante a la carencia de elementos, esta última habitual cuando se trata de modelos más antiguos. De este modo, ahorran mucho tiempo y dinero en las reparaciones.
Así, es buena idea realizar este tipo de inversiones. Como en tantos otros elementos de los coches cuando fallan, es una solución cómoda, eficiente, segura y accesible muy a tener en cuenta si el componente del vehículo se estropea o llega al final de su vida útil.
Gran surtido para buscar
A lo largo de los últimos años, el mercado online en la automoción ha crecido de forma sustancial para dar respuesta a la elevada demanda colectiva que existe en este sector. En este sentido, han surgido numerosas páginas web en las que adquirir motores y otros elementos de los coches de segunda mano, lo que otorga una gran libertad de decisión al comprador.
Esta libertad es especialmente satisfactoria en términos económicos, pues permite analizar los mejores precios por pura comparación. También incentiva la excelencia comercial por parte de empresas como los CATs.
Seguridad comercial: en primera línea
Con todo ello, la seguridad comercial ha crecido notablemente en el contexto e-commerce. Si bien es cierto que la transparencia es un valor sin el cual ninguna empresa puede alcanzar el triunfo corporativo, también es importante destacar que Internet es un espacio que aporta toda la información a saber de antemano.
Es decir, permite valorar el estado de la pieza a adquirir con todo lujo de detalles. También quién es el vendedor comprobando reseñas de otros clientes. Ojo, algunas páginas pueden no ser tiendas, sino espacios que conectan a compradores y vendedores. No es el caso de los CATs, con un respaldo físico detrás de sus propias webs.
Ahorro en comparación a otras soluciones
Si un motor se estropea, automáticamente se plantea la opción de comprar otro nuevo e incluso un nuevo vehículo. A fin de cuentas, la reparación de este complejo elemento tiende a superar con creces el valor real del vehículo, lo que puede invitar a considerar absurdo abonar el presupuesto del arreglo.
Pero invertir en un motor de segunda ahorra. Dicho de otro modo: devuelve el vehículo a la carretera a un coste inferior a las dos opciones anteriores. La estrategia demuestra lo inteligente que es adaptarse a esta alternativa comercial.
Eficiencia en los procesos de venta
Hasta no hace mucho, quienes querían comprar cualquier tipo de pieza de repuesto estaban obligados a ir de desguace en desguace. Esto ha cambiado gracias al mercado virtual: simplemente hay que valorar el vasto abanico de opciones que ofrecen unas y otras webs para, en cuestión de minutos, encontrar el motor o la pieza idóneos. Eficiencia en la búsqueda y en los tiempos de entrega pues, como sucede en el caso de los propios CATs, envian el pedido directamente a casa o en su defecto al taller de confianza designado por el comprador, si no fuera el propio taller el que realiza la transacción.
Garantías de durabilidad
Muchas empresas especializadas en la venta de estos elementos de segunda mano, como sucede con todos los CATs, brindan las mejores garantías a los clientes, a las que por otra parte están obligadas por ley. Son cláusulas que aumentan más si cabe la seguridad de la inversión, evitando complicaciones con el paso del tiempo.
Si el componente adquirido presenta problemas de rendimiento o se estropea en un plazo de tiempo inadmisible, se suele proponer otro alternativo e incluso la devolución del importe íntegro. Y es que la compraventa de piezas usadas requiere certeza de durabilidad.