
Fuente: AEDRA
En nuestro país hay Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) de vehículos al final de su vida útil grandes y menos grandes. Para hacerse a la idea, los últimos emplean a entre 5 y 15 personas mientras que de los primeros los hay de hasta 400 operarios. De promedio, cabe decir que los 1.400 negocios de este tipo (por cierto, eran 600 hace 25 años, cuando se fundó AEDRA, pues más allá de trabas muchos han visto la idoneidad de emprender un negocio así en vez de, por ejemplo, un taller) emplean a unas 50 personas.
Hechas las cuentas, alrededor de 70.000 de forma directa. Más allá, entre gestores, informáticos y otros empleos indirectos no hay CAT que no recurra a otras 4 o 5 personas más. Pero, ¿de qué perfiles hablamos? En España desde los 16 años si no se está emancipado se puede trabajar con autorización de padres o tutores para firmar un contrato de trabajo, aunque lo habitual es contar con al menos 18 para acceder a un puesto laboral.
Lo ideal es estar formado en electromecánica
Pues bien, la cualificación idónea para trabajar en un CAT es la electromecánica (a todos los efectos, igual que si se quiere ingresar en un taller, sobre todo de automoción), como explica Gerardo Fernández Suárez, Tesorero de AEDRA y propietario de Desguaces Gerardo. “Aquí no hay límite de edad, este es un sitio donde hacer carrera, como demuestran algunos de mis empleados, con 20 años entre nosotros. Por encima de todo necesitamos gente formal y bien formada que, desgraciadamente, escasea. Una desgracia que se explica, sobre todo, por la intermediación sindical en materia de formación -añade-, pese a las ingentes inversiones que ha recibido justamente para ello”.
FP dual, la clave
La clave, en un país como España con 3,2 millones de parados donde “falta gente” y hay que recurrir a la inmigración en muchos casos y sectores, es una formación profesional bien entendida y encauzada. Sobre todo la dual que implica prácticas en centros de trabajo. “Cada verano empleo a 4 o 5 chavales que estudian FP, pero son muy pocos los disponibles y generalmente mal formados”, indica Gerardo.
Y eso que este ya no es, como solía, un trabajo duro: a estas alturas en un CAT prácticamente todo está mecanizado o automatizado, con herramientas específicas (puentes grúa, elevadores, grúas portátiles, cizallas…), dotación (incluso indumentaria de seguridad) individual, formación al comienzo… “La mecánica general y el desguace de los vehículos se ha simplificado mucho”, recuerda Gerardo. “Ya no es ni de lejos un trabajo sucio, más allá de la forma de trabajar de cada cual”.
Personal administrativo
Por descontado, este tipo de negocios también demanda personal administrativo. “Gente -matiza Gerardo- que debe tener un elevado nivel de competencia en la materia, porque tiene que manejar memorias (incluso anuales), procedimientos de traslado de residuos de toda clase…”
Un tercer tipo de perfil pasa por el comercial, para lo que muchos CAT demandan personas con cualificación técnica que entiendan y conozcan las piezas que van a vender y gestionar, e incluso que hablen uno o dos idiomas extranjeros (sobre todo inglés y francés), pues “en un CAT como el mío aproximadamente el 25% de la actividad se centra en la exportación, sobre todo a Europa”.