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Retrovisor interior digital del Range Rover Evoque

Fuente: Motoscochesnet

Los fabricantes de neumáticos, conscientes con la protección y conservación del medio ambiente, someten a sus gomas usadas a diferentes procesos para reutilizarlos y darles una nueva vida con infinidad de usos. Vamos a averiguar qué pasa con tus neumáticos usados, cuando han llegado al final de su vida útil.

El reciclaje es un factor muy importante en lo que a la fabricación de neumáticos se refiere. De hecho, desde el año pasado está prohibido el almacenaje de gomas usadas en vertederos, por lo que los fabricantes han tenido que buscar nuevos usos para aprovechar las miles de toneladas de neumáticos desechados cada año.

Nueva vida y ahorro del 25% en materiales

Cuando sustituimos nuestros neumáticos por otros nuevos, la goma sustituida no llega, ni mucho menos, al final de su vida útil. En cierto modo, se trasforma en una especie de materia prima que puede dar lugar a multitud de usos. Aunque para ello, han de pasar un proceso de selección y clasificación en función de su estado.

Los expertos en su reciclaje valoran si son apropiados para convertirse en nuevo neumático tras un proceso de recauchutado, algo exclusivo en el ámbito de coches y camiones. Así se ahorra hasta un 25% en el uso de materiales nuevos, lo que ha contribuido que, en 2020, un 12% de los neumáticos que sufrieron este proceso volvieran al mercado como gomas de segunda mano.

Pero existe una cantidad enorme de neumáticos que no superan las pruebas para su recauchutado. Estos sufren un proceso de triturado que da lugar a un nuevo producto de interesantes características y posibilidades de uso. En 2020, en España 150.228 toneladas de neumáticos fuera de uso fueron destinadas a actividades tan diversas como 296 toneladas para materiales de obra civil, 2.175 toneladas se dedicaron a la generación de energía, 57.954 toneladas sirvieron para la fabricación de cemento y, por último, 89.733 toneladas se dirigieron al proceso de granulación.

Granulación, la clave

El proceso de granulación es en el que acaban la mayoría de neumáticos desechados. Gracias a él, se logran separar los principales componentes: caucho (50,82%), acero (31,41%) y fibras (17,77%). El acero se separa magnéticamente y se emplea como materia prima para la fabricación de acero en bruto por empresas siderúrgicas. En cuanto a las fibras, se separan a través de mesas densimétricas o sistemas de aspiración, y su destino principal es la valorización energética transformándolo en un combustible sólido recuperado en la industria cementera.

De todos, el caucho es el que más utilizaciones recibe, aunque no lo podamos detectar a primera vista. En 2020, el 50,8% del caucho fue destinado a la creación de césped artificial, parte de ellos para campos de fútbol y rugby de clubes de élite. Otro dato interesante: para cubrir el Santiago Bernabéu de Madrid serían necesario 80.000 kg de gaucho granulado.

Otro uso habitual es en la fabricación de pavimentos de seguridad (suelos de los parques infantiles o las tarimas de hospitales y gimnasios), para lo que se emplea un 34,4% del caucho reciclado, mientras que un 5,2% acaba siendo mezclas bituminosas, lo que coloquialmente conocemos como el asfalto de nuestras carreteras.

Y es que pocos materiales son tan reciclables como el caucho, con usos tan sorprendentes como la fabricación de suelas de zapatos, donde se destina una media del 0,3%. De hecho, Continental y Adidas colaboran desde hace más de 10 años en este ámbito.