Volkswagen, preparada para reciclar baterías de eléctricos

Fuente:  Las Provincias

El mundo del automóvil aprovecha lo último en tecnología para mejorar las prestaciones que ofrece a los conductores, y una de las innovaciones es el uso de los semiconductores, parte principal de chips que aparecen tanto en los sistemas de seguridad, equipos multimedia, cuadros de mandos digitales y hasta en los motores de elevalunas o frenos.

El problema de esta tecnología es que la producción de semiconductores es limitada, y hay una demanda exponencial a nivel global para teléfonos, ordenadores y, sobre todo, automóviles. Multiplicar los 100 millones de coches que se fabrican cada año por los componentes así que lleva cada uno deriva en cifras estratosféricas, demanda ha sido imposible de asumir por las fábricas actuales; tampoco se pueden hacer nuevas plantas de semiconductores con facilidad.

Imprescindibles

Sin esas piezas no se puede fabricar el coche que las equipa lo que, por tanto, ha recortado la producción de coches, con un coste enorme para toda la cadena de valor del automóvil.

El fabricante produce menos unidades, por lo que gana menos y tiene que subir precios para que salgan las cuentas… también hay menos coches en los concesionarios, y los que llegan son más caros, lo que reduce ventas y futuros pasos por el taller.

Y para los que no fabrican ni compran coches, los ERTEs que están aplicando las fábricas españolas los pagamos entre todos,pues repercuten en las arcas del Estado.

El fin de esta crisis de producción no parece inmediato. Las fábricas trabajan casi con previsiones semanales: para clientes que quieren estrenar coche con rapidez es mejor coger algo del stock que esperar su producción, otro problema añadido para la recuperación.