Fuente: ZBR.com
La industria automotriz se enfrenta a una creciente preocupación sobre qué hacer con las baterías de los vehículos eléctricos (VE) una vez que han alcanzado el final de su vida útil en el vehículo. A medida que aumenta la cantidad de VE también lo hace la necesidad de un manejo adecuado de estas piezas. El desarrollo de la tecnología, modelos de negocio y métodos de reciclaje se están volviendo cruciales para evaluar de manera efectiva la vida útil de una batería, reutilizarla para nuevos fines y reciclar sus materiales valiosos.
Decisión compleja
Determinar el momento ideal para retirar una batería de un VE es una decisión compleja. Sin un consenso en la industria y múltiples variables en juego, cada fabricante de equipos originales (OEM) puede tener su propio enfoque. Según Helen Waters, jefa de Reciclaje de Baterías Eléctricas en European Metal Recycling (EMR), «nunca habrá una respuesta universal a esta pregunta».
Con todo, se están realizando esfuerzos para abordar el problema. Varios actores de la industria están explorando activamente diferentes enfoques para manejar las baterías al final de su vida útil. Algunos se centran en reutilizarlas, mientras otros trabajan en tecnologías de reciclaje para extraer materiales valiosos de ellas. Sin embargo, establecer un proceso estandarizado y crear una economía circular para estas baterías sigue siendo un reto.
Aún son pocas
Si bien el volumen de baterías al final de su vida útil es actualmente pequeño, con la creciente adopción de VE esas cifras aumentarán drásticamente en las próximas décadas. Es crucial que la industria automotriz desarrolle soluciones sostenibles y eficientes para manejar este creciente flujo de residuos. Al encontrar nuevas aplicaciones para las baterías retiradas y recuperar materiales valiosos, la industria no solo puede reducir el impacto ambiental, también crear un recurso valioso.