(+34) 91 159 98 86 aedra@aedra.org
Retrovisor interior digital del Range Rover Evoque

Fuente: El Periòdic

En los últimos tiempos, el mercado de automóviles usados viene experimentando dificultades. La cadena de compra de coches se ha visto comprometida por la crisis de los semiconductores, y aunque muchos fabricantes creían que los problemas habían alcanzado su cenit, parecía que 2022 sería el año en que las entregas de automóviles recuperarían los niveles anteriores a la crisis.

Sin embargo, los planes se han desbaratado tras la invasión rusa de Ucrania, lo que enfrenta a la industria de la automoción a una crisis mayor y más difícil de resolver. Matas Buzelis, experto en automoción y jefe de comunicaciones de la empresa de datos automáticos carVertical, comparte sus opiniones sobre la situación.

Suministros dañados

Buzelis remarca que si bien el mercado de coches nuevos de Rusia no es el más grande del mundo, desempeña un papel considerable en la cadena de suministro automovilística. Exporta componentes valiosos para la industria de la automoción: Alemania, por ejemplo, depende del titanio, hierro y paladio rusos. Con 108 millones de toneladas de mineral de hierro producidas en 2021, Rusia es el quinto productor mundial de este mineral proveedor de los fabricantes de acero europeos, que ahora se enfrentan a precios más altos y a posibles dificultades para obtener el metal en otra parte.

La invasión rusa también ha afectado a la industria de la automoción en Ucrania. Fabricantes alemanes como BMW y Volkswagen usan un gran proveedor ucraniano de arneses de cables. Además, Ucrania es el tercer productor mundial de níquel y aluminio, dos recursos muy valiosos necesarios para los componentes de las baterías y los vehículos eléctricos. Por último, Ucrania produce casi el 70 % del gas neón mundial necesario para componentes como los microchips, que ya escasean.

Más difícil conseguir un buen usado

En 2021 ya era difícil y caro comprar un vehículo usado, y, por cómo pinta la situación, aún lo será más este año. Con un mercado de usados en auge, los distribuidores se enfrentan a falta de vehículos de ocasión.

Precisamente, entre las principales razones que explican esta situación figura la crisis del mercado de automóviles de primera mano: los fabricantes limitan la producción de vehículos para seguir produciendo, aún en menor cantidad, pero de forma continuada. El cambio en esta fabricación ralentiza la entrada de usados. De ahí que muchos propietarios de coches pospongan la venta de sus vehículos u opten por no deshacerse de ellos.

Es probable que los distribuidores de coches usados compren lo que puedan y no presten tanta atención al estado del automóvil. El riesgo de adquirir un usado en mal estado es mayor que hace uno o dos años, por ejemplo.

Precios impredecibles

En 2021, los precios de los coches usados ya habían alcanzado máximos históricos. Se estabilizaron e incluso comenzaron a caer hacia final de año, pero la invasión de Ucrania ha dado lugar a una situación sin precedentes en el mercado de usados de Europa del Este.

Durante años, los compradores de automóviles V.O. de Ucrania acudieron en masa a Polonia, Lituania, Eslovaquia y Hungría. Los automóviles más nuevos contaban con mayor demanda en los mercados internos de esos países y los ucranianos solían comprar coches con más de 10 años, especialmente diésel. La reducción del flujo de clientes alterará el mercado de vehículos usados en países colindantes con Ucrania: es probable que los precios de los automóviles más antiguos disminuyan según los distribuidores intenten mitigar pérdidas para adaptarse a la situación actual.

La influencia de los combustibles

Los precios de los combustibles han superado el umbral de los 2 €/litro en muchos países europeos, lo que ha despertado el interés por cambiar hábitos.

«El aumento de los precios del combustible hará que algunos conductores usen el coche menos. La gente puede reducir su kilometraje anual optando por el transporte público u otros medios alternativos. Menos kilómetros se traduciría en menos accidentes y en ahorro de costes por pisar menos el acelerador», indica el experto de carVertical. Esto reduciría el número de vehículos en carretera. No obstante, que el precio del combustible sea más elevado también aumenta el interés por vehículos de bajo consumo.

Por ello, los diésel pueden cobrar interés, imbatibles ante largos kilometrajes, si bien esta tendencia se limitará a países sin impuestos sobre vehículos con más emisiones de dióxido de carbono.

El aumento en los precios del combustible animará a la gente a invertir en eléctricos usados. Pese al aumento de los precios de la energía, el coste total de propiedad de estos vehículos sigue siendo menor, y puede ser aún mejor usando energía solar para cargarlos: se estima que esta ahorra de 600 y 800 € al año.