Fuente: Business Insider
La pandemia de coronavirus ha provocado una escasez de microprocesadores y está causando estragos en sectores desde la industria automovilística hasta la de electrónica de consumo, con otros muchos afectados entre ambas.
Los microprocesadores se utilizan para accionar la electrónica de muchos productos, desde videoconsolas a furgonetas, lo que significa que la demanda de estos productos tira de la demanda de los chips. Pero la pandemia ha provocado disrupciones en la cadena de suministro, cierre de fábricas y una escasez que ya existía antes de la pandemia, pero que la emergencia sanitaria ha exacerbado.
La industria automovilística ha sido la más golpeada por la escasez de microprocesadores, que ha obligado a varios fabricantes a reducir su producción. Los microprocesadores permiten que funcione desde la conexión Bluetooth y el sistema de detección de colisiones al motor; sin chips suficientes, los fabricantes no pueden entregar coches.
Tanto Ford como Fiat Chrysler han tenido que parar su producción en algunas de sus fábricas, mientras que otros como General Motors, Mazda, Subaru, Nissan, y Volkswagen están reduciendo fabricación. La demanda ha crecido tras los primeros meses de pandemia y ha hecho empeorar la situación. La analista Kristin Dziczek, asegura a NBC News que los consumidores “comenzaron a comprar más coches el año pasado, lo que hizo a los fabricantes aumentar la producción y pelear por los microprocesadores con otras industrias que también estaban creciendo”.
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Según Axios el impacto de la situación se transformará en 700.000 vehículos menos en el primer trimestre de 2021. La consultora Alix Partners dijo a Bloomberg que la industria automovilística podría perder 61.000 millones de dólares (50.185 millones de euros) por este motivo en 2021.