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Retrovisor interior digital del Range Rover Evoque

Fuente: Siglo XXI

Para que los automóviles al final de su vida útil (VFU) sean procesados de manera responsable, han de ser depositados en un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) o desguace, lugar en el que también serán dados de baja definitiva en la Dirección General de Tráfico (DGT).

Independientemente de si el propietario toma esta decisión por la antigüedad de su automóvil, si está motivado por una avería de costosa reparación a la que ya no desea hacer frente, tiene que ver con la falta de uso del mismo o la causa principal es haber sufrido un siniestro, en la Comunidad de Madrid se depositaron en 2022 en los CATs un total de 75.481 vehículos, entre turismos (66.883 unidades), 4×4 (1.612 unidades) e industriales con MMA inferior a 3.500 kg (6.986 unidades).

Esta cifra, y según la información publicada en la web de Sigrauto, supone el 11,85 % del total de automóviles entregados al CAT en España durante el pasado año 2022.

La entrega de vehículos al desguace se reduce más de un 14%

Bajo la influencia de un panorama socioeconómico realmente complicado en el que destacan la crisis energética, la falta de ciertos componentes y semiconductores, la inflación, la incertidumbre de los consumidores a la hora de comprar vehículos nuevos o el conflicto bélico de Ucrania, el número de vehículos que se depositaron en los desguaces españoles durante 2022 fue un 14,13 % inferior al de 2021 (727.270 unidades), lo cual generaliza la tendencia a la baja en este tipo de actividad.

En comparación con las cifras prepandemia, la caída es aún más significativa pues, en 2019, el total de vehículos entregados en los CATs de nuestro país llegó a superar las 800.000 unidades.

Aumenta la antigüedad media de los vehículos desguazados

Los españoles cada vez alargan más la vida útil de sus vehículos y, este hecho, también se ve perfectamente reflejado en la antigüedad media de los automóviles que los desguaces reciben en sus instalaciones. Tomando como referencia las estadísticas de 2022, en la actualidad los automóviles así gestionados y registrados en la Comunidad de Madrid superan los 20 años desde la fecha de su primera matriculación.

Esta circunstancia afecta negativamente a otra de sus líneas de actuación: la venta de componentes de segunda mano medioambientalmente tratados. La elevada antigüedad de los vehículos recuperados por los CATs supone una menor calidad y garantía de los repuestos suministrados o mayor nivel de desgaste de los mismos, lo que repercute directamente tanto al establecimiento como al consumidor.

El reto de los vehículos electrificados

Aunque en muchas fases del proceso el tratamiento que los desguaces autorizados realizan sobre cada uno de los vehículos que reciben en sus instalaciones, es muy similar independientemente del tipo de motorización, la recuperación y el reciclaje de los componentes que forman parte de los automóviles híbridos o puramente eléctricos todavía supone un desafío para muchos CAT.

La mayor complejidad de sus sistemas, así como una cifra más elevada de componentes electrónicos, la composición y tamaño de las baterías o la escasa formación específica que hay a disposición de los profesionales encargados de realizar el procedimiento en los CATs son las principales barreras a las que se enfrentan a la hora de reciclar los vehículos electrificados.