Fuente: Auto Revista
El mercado mundial del aluminio para automóviles alcanzará 43.400 millones de euros en 2027, incrementándose en una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del 9,34%. Así se extrae del informe ‘Mercado de aluminio automotriz: Tendencias de la industria global, participación, tamaño, crecimiento, oportunidad y pronóstico 2022-2027’ de ResearchAndMarkets.com. Todo debido, entre otros, a propiedades como su alta resistencia y dureza, reciclabilidad y resistencia a la corrosión, combinadas con su conductividad térmica y eléctrica y su circularidad, haciendo posible el reciclado de las piezas al final de la vida útil del vehículo.
La AEA (Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie, que representa a más de 600 empresas del sector) pone en valor el uso del aluminio en los vehículos en particular y los transportes en general, como forma de contribuir de manera definitiva a un nuevo paradigma en cuanto a uso de materias primas, menor demanda energética y descarbonización, y a impulsar una nueva economía eficiente y sostenible.
La industria de automoción utiliza fundiciones, extrusiones y láminas de aluminio para fabricar carrocerías, parachoques, mordazas de freno, marcos, ruedas, cajas de cambio, pistones, sistemas de combustible, escudos térmicos e interiores. Pero, ¿qué aporta el aluminio a toda esta gama de productos? En primer lugar, su baja densidad hace que los vehículos sean más ligeros y requieran de menos energía para moverse, con idéntica seguridad que el resto. Los nuevos modelos automovilísticos que esperan imponerse, como el coche eléctrico, necesitan lograr una reducción de peso para lograr menor consumo. De ahí que el diseño exterior y de muchos elementos puede hacerse de este material.
Mayor autonomía
De ese modo, las baterías de estos automóviles lograrán mayores autonomías. Entre las características que hacen del aluminio un material óptimo para la fabricación de coches figuran además la facilidad para el mecanizado, la fusibilidad o la capacidad de disipación del calor.
También hay un uso creciente de aluminio secundario o reciclado en la fabricación de automóviles para mejorar la seguridad y reducir emisiones de dióxido de carbono, lo que está evidenciando la mejora de nuestros procesos de reciclado, expandiéndolo a todo tipo de elementos hechos en aluminio, sean de la industria que sean, y demostrando que el aluminio reciclado responde en los mismo términos y propiedades que el aluminio primario.
A pesar de que el aluminio utilizado en los vehículos es liviano, ofrece alta estabilidad, durabilidad y rentabilidad. Puede ayudar a que el vehículo acelere más rápido y a que absorba mejor golpes en caso de choque o accidente, velando por la seguridad y la integridad de sus ocupantes. Su gran maleabilidad y adaptabilidad, además, permitirán cualquier diseño, y su resistencia a la corrosión lo hacen más duradero al paso del tiempo.
Factores que acompañan las tasas de crecimiento
La creciente industria automotriz es uno de los factores clave que impulsan al mercado. Y España está trabajando intensamente por seguir siendo país referente en Europa en lo que a fabricación de vehículos se refiere. Las empresas e industrias del aluminio en nuestro país también están listas para el reto, y quieren ser socio preferente de la industria del automóvil para lograr devolver el impulso a un sector que se vio afectado por la pandemia igual que otras industrias, en gran parte debido a la dependencia de países extranjeros para la obtención de piezas.
AEA insiste en la inversión en mejoras, ampliaciones y actualización de los sistemas de producción de nuestras industrias nacionales dedicadas a la fabricación y reciclaje de este tipo de componentes. La pandemia y el conflicto en Ucrania no han hecho más que evidenciar de forma nítida la necesidad de que nuestra dependencia no sea única y exclusiva de mercados extranjeros, lo que nos pondrá a la cabeza y la vanguardia de los distintos sectores y nos hará menos vulnerables a las tensiones geopolíticas internacionales.
La implementación de políticas gubernamentales que promuevan la fabricación de vehículos que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero, o la sustitución de antiguos vehículos contaminantes por otros con mayor rendimiento y menor o nula huella de carbon también están generando un impacto muy positivo en el crecimiento del mercado.
Un campo abierto a la utilización del aluminio
Conseguir que los medios de transporte sean más sostenibles, en consonancia con las directrices de la UE, implica la introducción de materiales reciclables, como el aluminio, en su fabricación. Al mismo tiempo, implica dar prioridad a los coches eléctricos, cuya demanda es cada vez mayor. En esto la mayor exigencia de los conductores de estos vehículos es recorrer más distancia de una sola recarga, lo que supone baterías cada vez más grandes junto a componentes electrónicos en los vehículos cada vez mayor y coches pesados. Pero el uso de aluminio en su fabricación reduce el peso, mejorando eficiencia energética: exige menos carga de batería para recorrer la misma distancia.
Elementos como capó, tapas de cubierta y puertas reduce la tara y supone un impacto significativo en el rendimiento y ahorro de combustible. Es evidente que el aluminio facilita las soluciones de movilidad del futuro.