Fuente: Businees Insider
Uno de los debates en el sector de la movilidad es si, con la electrificación de todos los vehículos, moverse será un lujo que muy pocos se van a poder permitir. Además, mirando al planeta también surge la duda si todo tiene que seguir igual o, por el contrario, si las ciudades tienen que ganar más zonas para el peatón. Son cuestiones que, según explican varios expertos durante el foro organizado por Freedom of Mobility. Señalan varias dificultades que tienen el transporte y la movilidad.
“En primer lugar es donde las emisiones crecen más, justo en el momento en el que tenemos que reducirlas. También es el sector más dependiente de los combustibles fósiles. Y, en tercer lugar, es el sector más bloqueado de todos“, explica Måns Nilsson, director ejecutivo del Instituto Ambiental de Estocolmo.
Según los panelistas, la dependencia del coche dentro de las ciudades han disparado las emisiones, que a día de hoy representar cerca del 25% del total de las emisiones de CO₂. Para solucionarlo se está dando el paso a la electrificación, aunque ahora mismo en Europa solo el 12% de los coches son eléctricos. “En los próximos años vamos a tener un desarrollo muy rápido en este campo, pero se plantean nuevos retos de asequibilidad y accesibilidad del transporte”, añade Nilsson.
Un cambio en la industria que también subraya Carlos Tavares (sobre estas líneas), CEO de Stellantis, el grupo detrás de marcas como DS, Fiat, Alfa Romeo, Jeep, Peugeot, Opel, Maserati o Citroën. Para él se trata de una transformación profunda, ya que en solo unos años no podrán trabajar con los coches tal y como se conocían hasta ahora. “Así que esta transformación es realmente darwiniana, de eso no hay duda. Lo que también es bastante obvio es que las soluciones que estamos tratando de aportar como industria tienen que ver sobre todo con la electrificación, como antes se mencionaba, no va a resolver todos los problemas“, como en del aumento de las zonas verdes para los ciudadanos.
Principal objetivo
Tavares explica que el principal objetivo que tiene que tener el sector es el de solucionar los problemas energéticos, que es la base de cualquier movilidad limpia. “Luego, sobre esa base, tenemos que lograr dispositivos que sean asequibles para el mayor número de ciudadanos posible“, destaca.
“Con el tiempo, las zonas urbanas y rurales pueden necesitar soluciones diferentes, y quizá los países del norte y los del sur no contemplen este problema de la misma manera, porque la riqueza disponible para resolver este tipo de cuestiones no es la misma”, añade.
De hecho, el CEO de Stellantis siempre se ha mantenido firme en su postura en que debe ser la industria y no los consumidores la que asuma la diferencia de costes entre coches eléctricos y de combustión. “La asequibilidad no está ahí, porque las materias primas son escasas y muy caras, y yo agregaría muy volátiles. Sabemos que necesitamos litio y sabemos que no estamos produciendo tanto como necesitamos. En este momento tenemos 1.300 millones de automóviles que funcionan con motor de combustión interna en el planeta. Necesitamos reemplazar eso con movilidad limpia. Hará falta mucho litio. Y no solo litio, pues la concentración de su extracción puede crear otros problemas geopolíticos“, indica.
Esos problemas incluyen que los gobiernos establezcan requisitos para obtener materiales a nivel nacional o con ciertos socios comerciales, lo que también aumenta costes.
Fase embrionaria
Sin embargo, el CEO de Stellantis admite que aun la investigación en esta materia está en fase embrionaria. Los fabricantes aún están buscando materiales más livianos, explorando diferentes componentes para elaborar baterías, mientras demandan una infraestructura de carga de vehículos eléctricos más grande para que todos puedan acceder a ella.
Aun así, Tavares expresa su confianza en que Stellantis podrá cumplir sus objetivos establecidos en su estrategia 2030 y que los retrasos en la Unión Europea para prohibir la venta de vehículos que funcionan con combustibles fósiles en 2035 no afectará su trayectoria. Stellantis planea que el 100% de sus ventas en Europa y el 50% en los Estados Unidos sean totalmente eléctricas para fines de la década.
Y eso que pese a esta apuesta por la electrificación lamenta la falta de flexibilidad para introducir otras tecnologías. “Nuestras sociedades están perdiendo un gran potencial al no tener regulaciones tecnológicamente neutrales. Esta es una gran, gran pérdida de creatividad del poder científico que somos. Decidir por adelantado imponiendo una sola tecnología en lugar de tener una regulación tecnológicamente neutral que crearía una competencia sana“.
Biogás y combustibles sintéticos
En este punto, otros expertos, como Måns Nilsson, sostienen que el biogás y los combustibles sintéticos pueden ser una gran alternativa, “que también podrían ayudar a abordar la eliminación de desechos sólidos y agrícolas y el transporte de energía como minibuses“.
“Con el tipo de enfoque regulatorio que está tomando la UE, están eliminando las posibilidades de usar biogás. No pueden separar adecuadamente entre las emisiones de carbono fósil y las emisiones de carbono que son parte de un ciclo natural. Por tanto, me temo que los formuladores de políticas están brindando marcos demasiado estrechos y excluyendo opciones de transporte que muy bien podrían tener enormes sinergias para las sociedades en términos de asequibilidad y mitigación del cambio climático”, añade.
¿Tienen cabida los coches en el futuro?
No todos los ponentes en el foro opinan igual sobre el futuro de la movilidad. Para Devesh Shah, CEO de Grassroot Trading Network for Women, las sociedades deben dejar de priorizar el papel del coche. “Para las comunidades pobres, cuando hablamos de estas fuentes de energía alternativas, es muy importante que no nos centremos en cosas como los automóviles, porque ese es un conductor y tres asientos vacíos. Deberíamos centrarnos en las bicicletas eléctricas y en transportes públicos eléctricos, que pueden tener una mejor relación calidad-precio”.
En esta línea, Yamina Saheb, analista senior de políticas energéticas de OpenExp, sostiene que la dependencia mundial de vehículos limita el acceso de las personas a la movilidad. Según la experta, el coche ha ganado competencia porque “es una competencia desleal”.
El sector “ha logrado convencer a los gobiernos de detener los sistemas de tranvías, el sistema de transporte público e invertir más en carreteras. Y entonces, hay una alianza entre la industria automotriz y la industria de la infraestructura, porque sacas ganancias de más coches, y más coches significa más carreteras y menos transporte público“. Los jóvenes piden que se les tenga en cuenta en la movilidad del futuro
Justo durante el foro han querido destacar el papel de los jóvenes en el futuro de la movilidad. Cada vez menos gente decide sacar el carné de conducir y apuesta por el transporte público. Es por eso que consideran que se debe aportar soluciones no solamente para conductores, sino para todo el mundo y aportar asequibilidad a toda la movilidad.
“Mis padres tenían coches, pero ahora muchos jóvenes cambian hacia las nuevas tecnologías. Somos muy rápidos para adoptar la nueva tecnología y cualquier cosa que funcione para nosotros de una manera sostenible y económica. Así que el comportamiento y los tiempos de transporte son muy diferentes y nuestras necesidades también lo son, porque queremos viajar en busca de oportunidades”, indica Temilade Salami, fundadora de EcoChampions y miembro de la red Unesco SDG4Youth.
Además de descarbonizar el transporte los expertos señalan que otra de las prioridades de la movilidad del futuro es que sea más seguro. A día de hoy, se producen más de un millón de muertes en las carreteras por año. Benjamin Welle, director de Transporte e Innovación Integrados del Centro WRI Ross para Ciudades Sostenibles, considera que el principal factor es que el transporte urbano no tiene en cuenta a los peatones ni las bicicletas.
“Así que yo diría que invirtamos en transporte público, invirtamos en mejorar el uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie, invirtamos en mejores modelos de crecimiento urbano”.
Por último, señala que el IPCC acaba de publicar “su último informe en el que afirma que ya estamos en 1,1 grados de calentamiento, y ha dicho específicamente que las medidas más rentables que conocemos son, de hecho, invertir en transporte público y en condiciones seguras para caminar y montar en bicicleta”.