Fuente: Las Provincias
En España no para de crecer la edad del parque automovilístico, en estos momentos en torno a 13,5 años de media. El Covid, el teletrabajo, la incertidumbre acerca del proceso de electrificación o la implantación de zonas de bajas emisiones y la subida de impuestos y combustibles hacen que cada vez menos personas se planteen comprar coche nuevo. Con un envejecimiento estructural del parque solo superado por Grecia en Europa, y ante el encarecimiento de los precios de los vehículos, las familias cada vez encuentran más dificultades para comprar vehículo, nuevo o usado.
El empobrecimiento de los hogares españoles motivado por la subida del coste de la vida está resucitando con fuerza el fenómeno de los coches ‘mileuristas’ de la crisis de 2008. Las ventas de vehículos de más de 20 años crecieron un 18% en el primer semestre: uno de cada 10 coches vendidos en el mercado de ocasión arrastra dos décadas a sus espaldas, según datos de MSI para Sumauto.
Precios prohibitivos para muchos
En la actualidad, los precios del mercado se están volviendo prohibitivos para muchos hogares. Actualmente, un usado se sitúa en 17.561 € de media, según MSI, mientras que uno nuevo se mueve en un promedio de 20.500 €, según la AEAT.
Esto choca frontalmente con la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, con la llamada tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE, que concluye que un 27,8% de los españoles está inmerso en alguna de estas tres situaciones: riesgo de pobreza, carencia social y material severa y/o baja intensidad en el empleo.
El escenario refleja la realidad de muchas familias españolas y choca con la transición ecológica y el objetivo de electrificar el parque a marchas forzadas, máxime cuando para muchos hogares muchos modelos tienen un coste inasumible, fácilmente por encima de 25.000 €, lo que convierte al vehículo en un producto Premium accesible para rentas altas.
Según Nicolás Cantaert, director general de Sumauto, «debemos trabajar todos por una movilidad accesible y sostenible, ya que se suele poner el foco en la motorización, cuando la clave está en la accesibilidad económica. De nada sirve electrificar el parque si esos vehículos resultan inaccesibles para gran parte de la población. Por eso, además de la autonomía y la falta de infraestructura de recarga, el precio es una de las grandes barreras a superar con el eléctrico. Corremos el riesgo de una España a dos motorizaciones donde la diferencia esté en la renta y la capacidad del bolsillo y, con ello, de fomentar lo que podríamos denominar pobreza automovilística».
Movilidad asequible
Por tanto, no es de extrañar que todavía haya un 16% de coches por nuestras carreteras que se compraron en pesetas, ahora que se cumplen 20 años de la entrada en vigor del euro. Los coches ‘mileuristas’ se están convirtiendo en la opción asequible de movilidad sin necesidad de endeudarse, con operaciones que se pagan al contado.
Todo provoca un círculo vicioso en torno a la movilidad, pues se fomenta el envejecimiento del parque, la falta de mantenimiento adecuado habitual en modelos así pone en riesgo la seguridad vial (solo en un vehículo de más 10 años ya se triplica el riesgo de lesiones o fallecimiento en accidente, según la DGT) y se contamina mucho más (un coche nuevo emite un 99% menos de partículas respecto a uno de 15 años, según Anfac).
Peligros del coche mileurista
Los coches de más de 15 años se ven inmersos en un mayor número de incidentes, siendo protagonistas de 2 de cada 5 accidentes de tráfico. De hecho, la antigüedad es un factor determinante en la siniestralidad y también en las averías.
Esto queda reflejado en el precio de sus seguros, habitualmente más caros (porque entrañan más riesgos). Es decir, con coches viejos se tienen más siniestros y averías y, consecuentemente, recurren a la aseguradora con más frecuencia. Pero hoy el 73% de los coches en circulación supera la década de antigüedad.
Justamente, el mantenimiento de los vehículos es la asignatura pendiente de los españoles: se calcula que 4 de cada 10 conductores no realizan la revisión del vehículo estipuladas por el fabricante, y más del 60% no cambia los neumáticos a tiempo. El coste y la falta de tiempo, entre los principales argumentos.