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Fuente:  La Voz de Galicia

El Ayuntamiento de A Coruña retiró de la vía pública 420 vehículos en estado de abandono en 5 meses tras intensificar las labores para acabar con un problema de seguridad y de salubridad que afectaba a prácticamente toda la ciudad. Desde María Pita dan por erradicada esta cuestión aunque ahora se mantendrá un control exhaustivo para que no se reproduzca.

La clave para esta retirada masiva de coches abandonados en los últimos meses fue que se «facilitaron los trámites» que permiten eliminar los vehículos de la vía pública de manera casi inmediata, mientras que antes esto podía tardar entre 6 y 12 meses hasta que se resolvía el expediente.

Elementos peligrosos para los ciudadanos

Esta retirada rápida de vehículos abandonados de las calles se lleva a cabo para evitar que se conviertan en elementos que puedan presentar peligros para los ciudadanos ya que en muchas ocasiones terminan con las lunas rotas, óxido, escapes de aceite y pueden llegar a ser un foco de incendios, además de ser objeto de robos de piezas.

Estos aspectos también sirven a los agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local para corroborar el abandono del coche. «El principal objetivo es eliminar riesgos y en algunos casos también se liberan plazas de aparcamiento«, aseguran fuentes municipales. En el 2020 fueron detectados alrededor de 300 automóviles en esta situación, de los que más de la mitad fueron retirados antes del final del año. La mayor parte de los más de 400 vehículos que fueron retirados en los últimos meses ya pasaron por el desguace para convertirse en chatarra; el resto espera en el depósito municipal y algunos fueron devueltos a sus propietarios. «Había coches que eran de gente que murió y que eran herencias, pero los nuevos dueños no los querían«, detallan.

Colaboración ciudadana

Además de las tareas de control que lleva a cabo la Patrulla Verde y el resto de unidades de la Policía Local, fuentes municipales explican que en muchos casos fue de gran utilidad la colaboración ciudadana, ya que son los propios vecinos los que alertan de la ubicación de los vehículos abandonados al Ayuntamiento a través del 010 e incluso por redes sociales, avisos que luego son corroborados.

El gobierno local había detectado que esta cuestión se había convertido en un problema que afectaba a todos los barrios de la ciudad. En algunos casos los vehículos abandonados se encontraban en aparcamientos como el de tierra que hay en las inmediaciones del Ágora, en O Ventorrillo, en el que durante más de un año permanecieron varios coches y furgonetas completamente deteriorados que incluso sirvieron de cobijo para algunos sintecho. Mientras, el aparcamiento al aire libre de Vioño también acogió durante meses varios vehículos abandonados.

Novo Mesoiro, Labañou o la carretera que lleva hasta la playa de Oza son otros de los lugares de la ciudad en los que se detectaron varios vehículos abandonados, una situación que también se producía en vías bastante urbanas de barrios como Monte Alto ya que se llegó a convertir en un problema endémico en la ciudad.

Residuo

Apertura de expediente para declararlo residuo y se mantienen las sanciones. Una vez que la Policía Local certifica el estado de abandono de un automóvil, se inicia un expediente con el objetivo de realizar un requerimiento al dueño y, si no es posible, se hace a través del Boletín Oficial del Estado. Cuando se cumple el plazo sin una respuesta o su retirada, se propone su declaración como residuo y posteriormente se envía a un Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos para convertirlo en chatarra.

En los casos en los que se localiza al dueño y hay sanciones pendientes por permanecer estacionado en zona azul o verde, entre otras cuestiones, es necesario abonar la multa, aunque muchos, después de pagarla, dejan vía libre al Ayuntamiento para que se deshaga del coche.